Generalmente suele haber confusión a la hora de hablar de discapacidad visual, porque se tratan términos que se encuentran relacionados, pero existen diferencias.
Ahora bien, ¿a partir de qué porcentaje de disminución de agudeza visual se considera minusvalía?
Bueno, lo primero que debemos aclarar cuando hablamos de ojo vago en adultos es que este problema visual proviene de no ser tratado en la infancia, bien porque no se ha detectado bien porque no se han tomado las medidas correspondientes.
Por tanto, la ambliopía se da cuando uno de los dos ojos manifiesta una disminución de la agudeza visual.
Discapacidad visual
Por lo general, tendemos a asimilar discapacidad visual con personas ciegas, algo que es incorrecto.
Para concretar la discapacidad visual se utilizan dos parámetros de medición.
El primero es la agudeza visual, que es la capacidad de distinguir las formas de los objetos a una distancia determinada. Los exámenes más comunes suelen ser las pruebas con letras o figuras geométricas.
Cada prueba se divide en líneas que el paciente debe identificando y cada línea disminuye un 10% de agudeza visual.
El segundo parámetro es el campo visual, es el ángulo que el ojo puede ver. Lo normal es que cada ojo tenga un campo visual de 90° por lo que una persona tiene una amplitud de 180° de visión en el plano horizontal y 140° en el plano vertical.
Aclarado todo esto, una persona que tiene más de un 50% de resto visual puede llevar una vida normal.
Sin embargo, si el resto visual de una persona es inferior al 50%, comenzará a tener dificultades evidentes y podríamos estar ante un caso de baja visión.
Si el porcentaje sigue disminuyendo un valor inferior al 20% de resto visual, nos encontramos ante una situación de severas dificultades, teniendo que hacer uso de técnicas de adaptación visuales.
Pero existen situaciones más graves. Estas se dan cuando no se consigue superar el 10% de resto visual y su campo visual queda limitado a tan solo 10°. En estos casos ya se comienza a hablar de ceguera legal.
Por último, en los casos más extremos, nos encontramos la ceguera total. Esta se detecta cuando no se ven más que zonas difusas de iluminación y sombra, o no se ve nada en absoluto.
Baja Visión
Comentábamos en párrafos anteriores el concepto de baja visión. Pues bien, se considera baja visión a la pérdida de discapacidad visual que no mejora con tratamientos farmacológicos o cirugía. Esto supone una incapacidad a la hora de hacer tareas diarias.
Pero, ¿cuándo se considera que una persona tiene baja visión? Cuando su agudeza visual es inferior a 0,3, es decir, el 30% de visión en el mejor de los ojos o cuyo campo visual es inferior a 20°.
Minusvalía por ojo vago en adulto
Al comienzo del artículo, definíamos la ambliopía en adultos.
Aquí se describen los diferentes tipos de ambliopía. Existe el estrabismo (cuando los ojos están desalineados), la ambliopía refractiva (cuando el ojo tiene un error de refracción grande o muy irregular) y la ambliopía por privación (cuando el ojo está privado de experiencia visual, por ejemplo, a causa de las cataratas). El denominador común es que la visión está deteriorada en el ojo afectado.
Cuando las condiciones visuales de un ojo y del otro son diferentes, una persona puede perder la visión en el ojo que no se utiliza y convertirse en discapacitado visual.